viernes, diciembre 29, 2006

Estatuas humanas y juridificación.

Acabo de leer en La Vanguardia que el Ayuntamiento de Barcelona va regular la actividad de las llamadas estatuas humanas -esos actores/mimos perfectamente disfrazados que permanecen impávidos en las calles a la espera de una propina- en Las Ramblas de Barcelona.
Se establece una distancia mínima entre "estatuas" y se ordena que los disfraces posean un carácter original y artesanal. Esto me lleva a la reflexión de los extremos regulatorios a la que nos someten las autoridades públicas. A este paso, llegará un momento -si no ha llegado ya- en el que absolutamente todo estará regulado. Es cierto que las normas jurídicas deben crearse y que la auténtica libertad radica en el derecho, lo contrario, es el triunfo de la arbitrariedad. Pero no nos pasemos. La producción de normas debe estar originada, o al menos inspirada, en una necesidad social. El hecho de que sea algo que ocurre en la vía pública pues tampoco parece razonable. Por esa razón, los Ayuntamientos crearían ordenanzas sobre cómo ir vestidos o cómo comportarse en público. A este paso, nada me extrañaría. Todo sea por la creación normativa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos

"Un carácter original y artesanal" Jeje, así que nada de ir de "Adán" o "Eva", salvo que la hoja usada sea hecha de forma casera, nada de cogerla de un árbol o similar.

Parece exagerado regular, además, la distancia entre las estatuas humanas (ni que fueran farmacias o estancos)... Espera, ¡¡parece exagerado regular A las estatuas humanas!! Ni caso harán.

Hasta Luego ;)

PD: Un enlace hacia La Vanguardia no hubiera estado mal ;)

Juan Francisco dijo...

Pues sí, tendré en cuenta lo del enlace la próxima vez. Un abrazo.