lunes, junio 15, 2009

En Veracruz, México.


Tras catorce horas de viaje, antes de ayer he llegado a Veracruz, vía Distrito Federal, procedente de Madrid. He volado con Aeroméxico, una excelente compañía. En pocas horas comienzo a dictar en la Universidad Veracruzana mis veintitantas horas de curso sobre "Mercado, competencia y publicidad".
Al llegar, y después de dejar las maletas al hotel, mis estimados María del Carmen y Anibal, profesores de la Veracruzana, me llevaron a tomar algo al centro de la ciudad. No sé cómo describirlo. Me ha pasado igual que con Nueva York. Todo es igual que en las películas. La gente en las terrazas, los mariachis cantando "El caballo blanco" o "Ella y las nubes", vendedores ofrenciendo mil artículos, un calor húmedo indescriptible. Pura vida en la plaza.

Ayer, por la mañana, me han llevado a visitar un lugar que, no sólo me ha encantado, sino que no me ha dejado de producir cierta emoción: El castillo de San Juan de Ulúa. Cuando en el colegio estudiábamos que la papa y el tomate llegaron por barco desde América, se estaban refiriendo a este lugar. Desde aquí, hace quinientos años, salieron por primera vez estos alimentos para el viejo mundo. ¡Sólo estando aquí se puede percibir lo vieja que es Europa!


Este castillo-fortaleza ubicado frente al actual puerto de Veracruz está ligado a la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz. Su nombre original era "Chalchicueyecan" o "Chalchichuecan", en 1518 fue bautizada como San Juan en honor del capitán Juan de Grijalva quién comandó la segunda expedición enviada desde la isla Fernandina (Cuba) en busca de rescate de oro. Ulúa porque según la leyenda, cuando los españoles llegaron a esta isla encontraron a dos muchachos sacrificados y le preguntaron a un indígena el por qué de tal suceso. Éste les contestó que los de Culúa (o acolhuas, los habitantes del lugar) los mandaban a sacrificar, pero como los españoles no lo supieron pronunciar y desconocían lo que el nativo les decía, pensaron que se estaba refiriendo al lugar.

El castillo está construido sobre una isla que era toda de coral y el castillo está construido de este material. Sí, de coral. Un castillo entero de coral. Simplemente impresionante. Cuando sube la marea, las paredes se humedecen porque el coral absorbe el agua. ¡El castillo está vivo! Fue utilizado como fortaleza para guardar bienes preciados para su traslado a Europa y, también, como prisión.

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