Es un país cosmopolita, multirracial, tolerante, respetuoso pero riguroso en el cumplimiento de las normas a las que todos están obligados -conscientes de que la aplicación de su derecho es su primer instrumento de libertad-. Inglaterra sigue siendo, al igual que cuando lo visité por primera vez con nueve años, un símbolo de libertad.
La Universidad de Brunel, la del Oeste de Londres, es un universidad dotada de un campus hermoso y bien organizado. En ella he pasado unos días agradables, hablando con colegas sobre los nuevos retos de la propiedad intelectual en el ámbito de la sociedad de la información. Un experiencia agradable y enriquecedora.
Lo malo ha sido el retorno, largo y accidentando. Por desgracia, y por causas ajenas a mí, perdí el avión que me debía devolver desde Londres a Vallalid y tuve que volar, cinco horas después a Santander. Tras pasar allí la noche, emprendí el regreso en autobús a Salamanca donde al final he llegado hoy, un día después de lo debido. Con todo, no nos quejamos. Bien está lo que bien acaba.
1 comentario:
Y que viva ryanair...
Yo también he pasado por Santarder...
Besoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooos
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