El post sobre los mangostinos tuvo algunos efectos. Muchos amigos me han recomendado frutas que podía no haber probado. Muchas son de temporada y las he probado. No obstante, son pocas las que no he consumido. El zapote es una de ellas. Martha me trajo uno hace unos días, el que ven en estas fotos.
Por diversos motivos, aunque conocía la fruta, nunca me habían parecido muy frescas.El zapote se puede encontrar en los supermercados pero de manera esporádica. En los mercados es mucho más fácil. No es una fruta muy popular aunque tampoco es que se coma todos los días. Es algo así como la granada en España -la peninsular- donde esa fruta se consume pero de vez en cuando; en Canarias jamás vi alguna.
El color, cuando el zapote es fresco, es muy verde y aterciopelado por fuera -como el kiwi- y de un naranja vivo por dentro. La carne es fibrosa y rica en agua. Su sabor es dulce y recuerda algo al melón pero mucho más sabroso. Es imposible comerlo sin ensuciarse. Para hacerlo, hay que quitar la cáscara la cual, con un breve empujón, sale como si fuera la piel de un plátano pero dejando salir algo de su jugo. Al comerlo, uno encuentra en cada parte de la fruta, al menos, dos grandes semillas que ocupan casi todo el espacio de la parte comestible por lo que ésta, aunque muy sabrosa, es escasa. Eso explica porqué, aún siendo una fruta de fácil producción, no se consume en zumos que es, en esta parte del mundo, la forma más habitual de consumo de fruto.
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